Saturday, February 14, 2004

A la una, a las dos... a las tres!

Ahí me encontraba yo, levantando la mano, aceptando dignamente participar en contra de mi prima Francisca: sí, acepté beber de una mamila de 8 oz... y qué! Estaba inmersa en la situación, y no pude huir de ella. Pensé que debía dejar la amargura atrás... No, no hablo del dolor y la tristeza, sino de lo amargosita que últimamente he andado, o sea se en otras palabras: Mamona. ¿Y cómo lo lograría? Pues bebiendo de una mamila, o sea mamando, que pa'l caso el verbo no se cambió para nada. El premio no lo valía: un monito de yeso, muy ad hoc a la situación: un baby shower. My God, estaba en uno... yo no quería ir, pero creo que fue lo mejor del día.

Bueno, cuando todo estaba listo, mi tía nos llamó al centro de la sala, y haciendo uso de mis conocimientos (desconocidos por mis tías) comencé a competir con la encomienda de ganar. Pero no salía leche. Mi tía juró que le había hecho 3 hoyitos a cada chupón, lo cual dudo; debió hacerlo con aguja: no salía casi nada. Comenzó mi adrenalina a subir en niveles estratosféricos, y algunas gritaron "Pues muérdele!". Oh mis tías, nunca creí que la idea saliera de sus bocas recatadas! Lo hice. Mientras tanto, mi prima desesperada se quejaba igual de que no salía nada. Yo, claro está, mordí el chupón hasta percatarme de que había abierto otros orificios. Llegó el momento en que sentí que salía más, y ya le había agarrado la onda. En un momento me vi a mi misma brincando por la desesperación, apretando la botella con fuerza, succionando con ahinco. Así, el líquido comenzó a correr por mi boca (ajem!) En ese momento mi tía dijo "Ya!", y paré. Mi prima no dejaba de quejarse. Ambas entregamos los biberones, y al medirlos nos dimos cuenta que el mío estaba casi a la mitad, mientras que el de mi prima sólo tenía un tercio menos de leche chocolatada. Todas me aplaudieron y victoriosa reí. Dí gracias a mi público por el apoyo.

Al final de la jornada, mi tía me regaló el biberón, el cual permanece en mi bolsa. Además, le intercambié el mono por los ganchos de ropa que usaron en otro de los concursos, y mi tía no opuso resistencia... A mi me pareció que podía sacarles más provecho a los ganchos, ellas sugirieron que seguro los quería para colgar mis calzones, lo que no me pareció mala idea.

Reflexión del día: Qué bueno que no me quedé de amargosita: una mamila tenía algo dulce para mí!

Little Masochist.

Pd1. Give me peace, love, and a hard cock...
Pd2. She's your cocaine, she's got you shaving your legs, you can suck anything, but you know you wanna be me...

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