Sunday, March 07, 2004

¿Quién es esa chica de abundante cabellera negra, rizada y larga? Oh, mi corazón se sobresaltó al saber quien era...

Parecía un día normal en mi trabajo, aunque había un poco de movimiento. Mi supervisora no estaba cerca y yo necesitaba arreglar unos problemas que se me estaban presentando con los datos de un cliente, por lo que tuve que acudir a la jefa. Ella sin más ni más firmó los papeles, y a pesar de mi incertidumbre, su rostro me hizo saber que eso era lo que tenía que ser hecho. En el pasillo que corre entre los cubículos había mucho trabajo que hacer, las demás terapeutas estaban ahi, y lo más extraño fue toparme con esta chica que en un principio creí era Esmeralda. Pero no era ella. La ví de espaldas, y su cabello largo y ondulado me llevó a hacer la conexión. Se trataba de una chica extraña para mi olfato, pero no para mi vista. Había ya recolectado de ella imágenes, y lo que mi cuerpo sentía era extrañeza generada por el momento en que un ser mítico se vuelve real. Le hablé con la naturalidad que suelo hacerlo con las otras personas que trabajan ahí, y con todo creo que ella también sabía quién era yo. No me importó y seguí con mi postura. Seguido de nuestro abrupto encuentro, se nos fue dada la orden de ir a cerciorarnos del domicilio de uno de los clientes, pues comenzaba a darme problemas no tenerlo. Salimos de la agencia, ya era un poco tarde y afuera estaba oscuro. Después de terminada nuestra tarea, regresamos a la agencia solo a recoger nuestras cosas e irnos de nuevo.

Como viejas amigas unidas por situaciones diversas, nos acompañamos mutuamente al salir de ahí. Ibamos caminando y nos topamos con cosas chuscas, como un aeropuerto sobre unos rieles, muy al estilo de las montañas rusas, en donde se encontraba mi hermano. No hacía mas que dar vueltas, y nadie se bajaba de él, todos esperaban despegar en algún momento. A pesar de que grité su nombre, no logré ver a mi hermano. Continuamos caminando y llegamos a un camino oscuro entre árboles. Seguíamos platicando de temas que no recuerdo, debo ser sincera, pero todos ellos motivados por el nerviosismo de cada una de no hablar acerca de nuestro verdadero punto de unión. Supongo que ella era quien más dudas tenía, pero ni siquiera yo quise intentarlo. Parecía que queríamos conocernos más, seguir platicando, para que al momento de llegar a confrontarnos con nuestras verdaderas caras, fuera la relación lo suficientemente fuerte como para soportar nuestra situación real.

Caminamos hasta toparnos con un café, mi sorpresa fue grande pues era un D'Volada, y no sabía que donde estabamos, que ahora era muy confuso para mí, existiera uno de estos establecimientos. El cambio de la oscuridad por la luz fue benéfico, aunque afuera los árboles abrazados por la negrura de la noche eran un espectáculo hermoso. Dentro del café nos topamos con un amigo de ella, al parecer un chico de Guadalajara, moreno, delgado, cabello corto, que lleva por nombre el de un Rey. Inmediatamente comenzó a interactuar conmigo como si me conociera, y me pareció muy lindo de su parte. Pedí mi café negro de 20 oz., y al momento una de las chicas que lo prepara me hizo una anotación y preguntó que cual café quería, porque el expresso había cambiado de precio: de $150 pesos, había subido al doble. Respondí que estaba bien el del termo, no tenía suficiente dinero. Mientras tanto, ella y él seguían juntos, y comenzaba a agradarme la presencia de ambos. He escuchado y leído tanto sobre ella que no esperaba menos, y quizás eso era lo que más me perturbaba: no encontrar un pero para establecer una relación amistosa entre nosotras.

Me dí cuenta entonces que hacía calor, y que a pesar de mi comodidad debía abrir los ojos. Era cerca de la 1:30 de la tarde, y seguir viviendo nuestra historia era cada vez menos redituable. Quería saber que continuaría después de esto, pero me sentí tranquila al decirme que no tenía que suceder hoy. Tenía que salir de mi cama y de mi cuarto, tomar un poco de aire, y por qué no... quizás preparar un café.

Little Masochist.

Pd. So I spend the day in stories and in dreaming of the time when we're on stage. Have you seen the loneliness of a middle distance runner, when he stops the race and looks around? I like the stage, I've seen it now. I'll walk to the station, won't you follow me?

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